FUENTE DE LOS ENFERMOS

Cuentan nuestros mayores que, en tiempos pasados, hubo en la zona una gran peste que acabó con la vida de muchos vecinos.

Aquellos que se libraron, acudieron a una zona apartada del pueblo en medio del bosque conocido con el nombre de “Corral Pintado”, cercano a uno de los cuatro castros que rodean el pueblo, el denominado “Castro La Luisa”, pesaron las aguas y comprobaron que el líquido más ligero era el que brotaba de “la fuente de los enfermos” y acudieron allí para abastecerse, en un intento de recuperar la salud perdida. Al parecer la mejoría era rápida, por lo que su popularidad se extendió, y hoy en día todos siguen hablando de la bondad de estas aguas, asegurando que su calidad es superior a las de cualquier otra fontana.

Sólo acudían por el día, ya que por la noche volvían al pueblo a dedicarse a las labores imprescindibles como tejer, amasar pan,  etc.

Hay 2 kilómetros del pueblo a esta fuente,  se puede acceder perfectamente caminando o en coche.

Como ruta de senderismo o bicicleta es perfecta para poder interiorizar en la naturaleza de la zona. El acceso es adecuado y es recomendable llevar algo de merienda, beber de sus aguas  y pasar un buen rato sentado en una de sus mesas que son antiguas ruedas de molino.

Una ruta indispensable